La reforma de la Ley Orgánica 1/1996 de Protección jurídica del menor, está integrada en la entrada en vigor de dos normas: la Ley 26/2015, de 28 de julio, de Protección a la Infancia y a la Adolescencia y la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia. Con dicha reforma, se introdujeron los cambios necesarios en aquéllos ámbitos considerados como materia orgánica, al incidir en los derechos fundamentales y las libertades públicas reconocidos en los arts. 14, 15, 16, 17 y 24 CE.
La reforma se realizó con el fin de mejorar los instrumentos de protección jurídica de la infancia y adolescencia y constituir una referencia para las Comunidades Autónomas en el desarrollo de su respectiva legislación en la materia.
Sin embargo, la mayoría de las leyes autonómicas, y en concreto todas las que a continuación se mencionan, son anteriores a la reforma. De manera que los aspectos modificados de la LO 1/1996 no han sido integrados en la mayoría de la legislación Autonómica, que es en última instancia la realmente relevante y aplicable.
A modo de ejemplo: en el País Vasco rige la Ley 3/2005, de 18 de febrero, de Atención y Protección a la Infancia y la Adolescencia, en Cataluña la Ley 14/2010, de 27 de mayo, de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia y en Madrid la Ley 6/1995, de 28 de marzo, de Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia de la Comunidad de Madrid, todas anteriores al año 2015.
En la actualidad, dada la desactualización de las normas mencionadas y otros factores que ya se pondrán de manifiesto en posteriores artículos, los derechos tanto de los menores objeto de los expedientes de riesgo, como sus propias familias no están siendo protegidos con las garantías que la Administración debe prestar.
Prueba de la falta de garantías tanto administrativas como judiciales (que intervienen en última instancia) es que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha dictado varias resoluciones en las que expone la violación de España del artículo 8 del Convenio para la Protección de Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, en adelante CEDH, el relativo al “Derecho al respeto a la vida privada y familiar”.
Por mencionar alguno de los casos en los que se ha considerado por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que España no ha velado por los derechos de sus ciudadanos, estos algunos de ellos: K.B.A. contra ESPAÑA (2012), RUBIO DOSAMANTES contra ESPAÑA (2017), SABER AND BOUGHASSAL contra ESPAÑA (2018) y HADDAD contra ESPAÑA (2019).
Es doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que la decisión por la Administración de hacerse cargo de un niño debe ser considerada, en principio, como una medida provisional que deberá suspenderse en cuanto las circunstancias lo aconsejen, siendo el objetivo último de toda actuación reunir de nuevo al padre por lazos de sangre y al hijo. Las Autoridades competentes tienen la obligación positiva de tomar medidas cuya finalidad sea facilitar el reagrupamiento de la familia tan pronto como sea realmente posible, pero contrapesando siempre ese objetivo con el deber de considerar el interés superior del niño. Esas obligaciones positivas no deben limitarse a velar por que el niño pueda reunirse con su padre o tener contacto con él, sino que incluyen al conjunto de las medidas preparatorias que permitan llegar a ese resultado.
Otra evidencia de que no se está aplicando la doctrina que nos llega del Tribunal supranacional, es que según el Boletín del Observatorio de Protección a la Infancia a cargo del Gobierno de España, y los datos recabados en 2018 (publicados en enero de 2020) sólo un 9,2% de los menores en centros residenciales los abandona para reintegrarse en sus familias de origen (1.777 de 19.051) y en el caso de los menores en acogimientos familiar sólo un 11,6% (349 de 3.008).
Esta estadística indica que en España no se está cumpliendo con lo establecido ni por el TEDH ni en la propia legislación española, en la que también se establece que las medidas de protección a la infancia deben ser provisionales y tendentes a la reagrupación familiar tan pronto como sea posible; vulnerando los derechos de los niños a estar con sus padres, y de los padres de criar a sus hijos.
A modo de conclusión, consideramos es relevante la reforma de las leyes autonómicas vigentes que están totalmente desactualizadas. Ya hay Comunidades Autónomas, como la de Madrid, que tienen en marcha proyectos en este sentido, pero debemos demandar de las todas las CCAA, que se realicen las oportunas reformas a la mayor brevedad para que se dejen de vulnerar derechos de familias y menores masivamente.
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Is the right to family life embodied in Article 8 of the ECHR protected?
The reform of Organic Law 1/1996 on Legal Protection of Minors is integrated in the entry into force of two regulations: Law 26/2015, of the 28th of July, on Protection of Children and Adolescents and Organic Law 8 / 2015, of the 22nd of July, on the modification of the protection system for children and adolescents. With this reform, the necessary changes in those areas considered as organic matter were introduced, influencing the fundamental rights and public liberties recognized in arts. 14, 15, 16, 17 and 24 of the Spanish Constitution.
The reform was carried out in order to improve the instruments for the legal protection of children and adolescents and to constitute a reference for the competent local regions (Autonomous Communities) in the development of their own legislation on the matter.
However, most of the regional laws currently in force, and specifically all those mentioned below, predate the reform. Thus, the modified aspects of the LO 1/1996 have not been integrated into most regional legislation, which is ultimately the relevant and applicable one.
As an example: in the Basque Country Law 3/2005, of the 18th of February, on the Care and Protection of Children and Adolescents is currently in force, in Catalonia Law 14/2010, of the 27th of May, on the rights and opportunities in childhood and adolescence and in Madrid Law 6/1995, of the 28th of March, on Guarantees of the Rights of Children and Adolescents of the Community of Madrid, all of them prior to 2015.
Currently, given the outdated nature of the aforementioned regulations and other factors (that will become apparent in subsequent articles) the rights of both the minors who are the subject of risk files and their own families are not being protected with the guarantees that the Administration must provide.
The lack of both administrative and judicial guarantees (which intervene in the last stage of the process) is evident given that the European Court of Human Rights has issued several resolutions setting forth Spain’s violation of Article 8 of the Convention for the Protection of Human Rights and of the Fundamental Freedoms, hereinafter ECHR, the one related to the «Right to respect for private and family life».
Some of the cases in which it has been considered by the European Court of Human Rights that Spain has not watched over the rights of its citizens, are the following: K.B.A. versus SPAIN (2012), RUBIO DOSAMANTES versus SPAIN (2017), SABER AND BOUGHASSAL versus SPAIN (2018) and HADDAD versus SPAIN (2019).
According to the doctrine of the European Court of Human Rights, the decision by the Administration to take care of a child should be considered, in principle, as a provisional measure that should be suspended as soon as the circumstances require it. The ultimate objective of any action should be to bring together the biological parent and the child. The competent authorities have a positive obligation to take measures with the purpose to facilitate the reunification of the family as soon as possible, but always balancing that objective with the duty to consider the best interests of the child. Those positive obligations should not be limited to ensuring that the child can be reunited with or have contact with his/her parents, but include all the preparatory measures that ultimately lead to that result.
Another evidence that the doctrine from the supranational court is not being applied, is that according to the yearly release of the Observatory for Child Protection of 2018 by the Government of Spain (published in January 2020), only 9.2% of the minors in residential care (centers) abandon them to reintegrate into their families of origin (1,777 out of 19,051) and in the case of minors in foster care only 11.6% (349 out of 3,008).
According to the mentioned statistics, the provisions established by the ECHR and by the Spanish legislation itself (which also establishes that child protection measures must be provisional and aimed at family reunification as soon as possible) are clearly not being applied in Spain; violating the rights of children to be with their parents, and parents to raise their children.
As a conclusion, we consider the reform of the current regional laws to be absolutely essential. Some regions, such as Madrid, already have projects in this regard in progress. However, we must request that all the Autonomous Communities carry out the legislative reforms as soon as possible, so that the large-scale violation of the rights of families and minors stops.
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Le droit à la vie familiale est-il protégé à l’article 8 de la CEDH?
La réforme de la loi organique 1/1996 sur la protection juridique des mineurs est intégrée dans l’entrée en vigueur de deux règlements : la loi 26/2015 du 28 juillet sur la protection des enfants et des adolescents et la loi organique 8 / 2015, du 22 juillet, sur la modification du système de protection des enfants et des adolescents. Avec cette réforme, les changements nécessaires ont été introduits dans les domaines considérés comme matière organique, en influençant les droits fondamentaux et les libertés publiques reconnus dans les arts. 14, 15, 16, 17 et 24 CE.
La réforme a été menée afin d’améliorer les instruments de protection juridique des enfants et des adolescents et de constituer une référence pour les communautés autonomes dans l’élaboration de leur législation respective en la matière.
Cependant, la plupart des lois régionales, et en particulier toutes celles mentionnées ci-dessous, sont antérieures à la réforme. Ainsi, les aspects modifiés de LO 1/1996 n’ont pas été intégrés dans la plupart des législations autonomes, qui sont finalement celles qui sont vraiment pertinentes et applicables.
À titre d’exemple : dans la loi du Pays basque 3/2005, du 18 février, sur les soins et la protection des enfants et des adolescents, en Catalogne Loi 14/2010, du 27 mai, sur les droits et opportunités dans l’enfance et l’adolescence et dans la loi de Madrid 6/1995, du 28 mars, sur les garanties des droits des enfants et des adolescents de la Communauté de Madrid, toutes antérieures à 2015.
Actuellement, étant donné le caractère obsolète de la réglementation susmentionnée et d’autres facteurs qui apparaîtront dans les articles suivants, les droits des mineurs faisant l’objet de dossiers de risques et de leurs propres familles ne sont pas protégés avec les garanties que le L’administration doit prêter.
La preuve de l’absence de garanties administratives et judiciaires (qui interviennent en dernière instance) est que la Cour européenne des droits de l’homme a adopté plusieurs résolutions constatant la violation par l’Espagne de l’article 8 de la Convention de sauvegarde des droits de l’homme et des Libertés fondamentales, ci-après CEDH, celle relative au «Droit au respect de la vie privée et familiale».
Pour mentionner certains des cas dans lesquels la Cour européenne des droits de l’homme a considéré que l’Espagne n’avait pas veillé sur les droits de ses citoyens, ceux-ci: K.B.A. contre ESPAGNE (2012), RUBIO DOSAMANTES contre ESPAGNE (2017), SABRE ET BOUGHASSAL contre ESPAGNE (2018) et HADDAD contre ESPAGNE (2019).
Selon la doctrine de la Cour européenne des droits de l’homme, la décision de l’administration de prendre soin d’un enfant doit être considérée, en principe, comme une mesure provisoire qui doit être suspendue dès que les circonstances le justifient, l’objectif ultime de toute action étant de réunir nouveau pour le père pour les liens de sang et pour le fils. Les autorités compétentes ont une obligation positive de prendre des mesures visant à faciliter le regroupement familial dès que possible, mais toujours en équilibrant cet objectif avec le devoir de prendre en considération l’intérêt supérieur de l’enfant. Ces obligations positives ne devraient pas se limiter à garantir que l’enfant puisse retrouver son père ou avoir des contacts avec lui, mais englober toutes les mesures préparatoires qui conduisent à ce résultat.
Autre preuve que la doctrine qui nous vient de la Cour supranationale n’est pas appliquée, c’est que selon le Bulletin de l’Observatoire pour la protection de l’enfance du gouvernement espagnol, et les données collectées en 2018 (publiées en janvier 2020) seulement 9,2% des mineurs dans les centres d’hébergement les abandonnent pour réintégrer leur famille d’origine (1 777 sur 19 051) et dans le cas des mineurs en famille d’accueil seulement 11,6% (349 sur 3 008).
Cette statistique indique que l’Espagne ne respecte pas les dispositions de la CEDH ou de la législation espagnole elle-même, qui établit également que les mesures de protection de l’enfance doivent être provisoires et viser le regroupement familial dès que est possible; violer les droits des enfants d’être avec leurs parents et les parents d’élever leurs enfants.
En guise de conclusion, nous considérons que la réforme des lois autonomes actuelles, totalement obsolètes, est pertinente. Il existe déjà des communautés autonomes, comme Madrid, qui ont des projets en cours à cet égard, mais nous devons exiger de toutes les communautés autonomes que les réformes appropriées soient menées dès que possible afin qu’elles cessent de violer en masse les droits des familles et des mineurs.
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